Súper opción para visitar con tus peques que combina naturaleza y seguridad, al sur de la CDMX.

"Hay un libro siempre abierto para todos los ojos: la naturaleza"

-Jean Jacques Rosseau-.

Como mamás de pequeños inquietos y exploradores, que están siempre en busca de aventuras y cero dispuestos a permanecer en “santa paz” más del tiempo estrictamente necesario, nos encontramos constantemente en busca de espacios para llevarlos a liberar su energía, divertirse, y de paso, contactar con la naturaleza en la medida que se pueda en esta gran metrópoli como es la Ciudad de México.

Es así como uno de esos domingos madrugadores llegamos al Parque Ecológico Loreto y Peña Pobre, ubicado al sur de la ciudad, en busca de un desayunito y un espacio de actividades para pasar un buen rato en familia. He de confesar que hace algunos años lo había visitado, antes de estar en estos menesteres de mamá, así que lo viví de manera completamente diferente y en su momento no lo valoré como ahora, que me encantó porque además de que está bonito y muy bien cuidado, lo sentí muy seguro para acudir con nuestros niños, pues hay estacionamiento para bajarlos del carro sin prisas, a su paso, además de que en sus 21,233 m2 de áreas verdes hay pocos obstáculos para tropezar, laberintos para perderse u objetos que obstruyan la visibilidad, con lo que puedes proporcionarle mayor libertad de movimiento.

Así pues, es una gran opción para que nuestros hijos puedan correr, jugar a la pelota, recolectar hojas y palos, ver ardillas, escuchar pajaritos y admirar a los árboles, así como nosotros papás, aprovechar para disfrutar de un cafecito en los pequeños restaurantes que se encuentran alrededor o bien, todos juntos probar algunos de los talleres tanto para niños como para adultos que se ofrecen en algunos locales, aunque creo que tal vez por la hora en la que estuvimos, aun no estaban abiertos al público.